martes, 9 de junio de 2009

El Reencuentro de Afrodita y Apolo.

Operación Chapis.
El Reencuentro de Afrodita y Apolo…

Sevilla, fue el marco inmejorable para un hermoso rencuentro; quiero compartir con todos ustedes la llegada de mi prima Ana a visitarme.
Fue hermoso, primero por que aunque me han visitado tres amigos en casi 5 años de vivir aquí, en el pasado (Alejandro Pliego y Gustavo, Pepe de la Cajica y Rafa Granda y su Esposa), esta es la segunda persona de mi familia que lo hace, la primera como no, fue mi madre, pero desafortunadamente yo no sabia nada de los Blogs y no era tan “ducho” en eso de compartir cosas, cibernéticamente hablando.
Fue importante, por que vino en un buen momento de mi vida, y a veces debemos compartirnos, estando en óptimas condiciones de funcionamiento, cual motor de ingeniería Audi, ella es la quintaesencia de la serenidad y el saber estar y posee un innato sentido del humor, que pocas personas hemos tenido el privilegio de compartir, pues no es llamada a multitudes y se guarda celosamente cual himen de doncella medieval.
Hoy hablamos sobre todo de mí, me escucho, y doy gracias desde el fondo de mi corazón por eso, pues es muy importante que te escuchen, sobre todo en “mi mundo”, donde las palabras cobran otro significado, y ella inteligentemente intuyó eso.
Hablamos de similitudes, más que de diferencias, entre Andalucía y El Soconusco, que en 10 horas de contubernio, créanme, nos dio para muchas.
“Pellizcó” un poco, de la inmensa riqueza cultural, social y sobre todo gastronómica que tiene esta bendita tierra.
Caminamos como si la vida se nos fuera en ello, y apenas lo hemos sentido, además tubo el privilegio de disfrutar Sevilla en una tarde de primavera en pleno verano, sorprendentemente Quetzalcóatl (Serpiente emplumada, dios del viento) quiso que dos de sus hijos disfrutasen de una tarde muy poco común y maravillosa, dejándonos disfrutar del Guadalquivir, las tapas de la calle Betis, los jardines y monumentos que posee en abundancia la ancestral Hispalis, y hasta misa en Latín, impartida y bendecida por el mismísimo cardenal Amigo, primado de la ciudad, nos obsequió.
Ella venía de haber visto la ciudad vestida de “punta en blanco”, con “Cachito” (su esposo) cual Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, con Martini incluido, en la terraza del maravilloso Palacio Vincci que los hospedó, únicamente que cambió la bellísima ciudad Alauita, por la cuna de Bartolomé Estaban Murillo, y su fálica Giralda, de incomparable belleza y majestuosidad, todo iluminado por velas y la magia de la tecnología engalanando estratégicamente tan bellos monumentos, resaltando rincones, esquinas y recovecos, que a simple vista no podríamos admirar.
Les comparto algunos de esos maravillosos instantes que Ana me regaló, y a través mío, a ustedes.

Marco Antonio Cancino Lastra.
El Macus.

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